lunes, 16 de mayo de 2011

SIGNOS DE DEBILIDAD por Alonso Núñez del Prado S.

   La presentación del video con la conversación entre Montesinos y Kouri es una muestra más de cómo le es imposible al ser humano, aún con todo el poder y los instrumentos a su disposición, controlar todo. Bastó que algún disconforme pusiera la cinta en poder de Olivera y vemos como los que parecían ser intocables se resquebrajan.
   Ya lo había comentado yo en un artículo anterior. No se puede “jugar a Dios” sin serlo, porque nuestra humanidad aflora en toda su miseria. Este gobierno venía haciendo el papel de todopoderoso, pero siempre se le han escapado cabos, a partir de los cuales nos podemos imaginar lo que ocurre dentro de la madeja. Desde los tiempos de las matanzas de la Cantuta y Barrios Altos, hasta los casos más recientes de las torturas a Leonor La Rosa, la falsificación de firmas para la inscripción de la agrupación gobiernista y el escándalo por las incongruencias en la primera vuelta de las elecciones, ya que el cómputo de la segunda no lo supervisó nadie;  y ahora los sospechados sobornos a los “tránsfugas” que esta grabación ha venido a comprobar, hemos visto como la soberbia de nuestros gobernantes ha ido creciendo hasta niveles inimaginables. Poco a poco se han auto convencido que su capacidad de control y de acallar no tiene límites y que siempre mediante el uso de la psicología social y el control de la mayor parte de medios de comunicación, incluidos los chantajes, las cortinas de humo, el amedrentar y demás métodos vedados, pueden hacer cualquier fechoría sin tener que pagar por ella. Mas, como lo demuestra la historia, la justicia a veces tarda, pero llega.
   Me temo que a pesar de toda la gravedad de lo que la cinta revela, se las arreglarán por el momento para salir del atoro. Probablemente proclamaran públicamente que el caso es de competencia del Poder Judicial —en cuya independencia nadie cree—,  luego nombrarán a un Fiscal Ad-Hoc, que al igual que todos sus predecesores terminará acusando a los denunciantes y tratarán de que el asunto con el tiempo y las cortinas de humo se olvide; pero la verdad es que los derrumbes de las dictaduras como la que vivimos, se produce por acumulación. La podredumbre acaba por aflorar. Estos gobiernos terminan por autodestruirse y creo que a partir de las últimas “elecciones”, hemos entrado en la recta final.
   El gran problema es que todo esto nos involucra a todos y la crisis que ahora vivimos se agudizará y cuando esto se acabe, vamos a tener que reconstruir el Perú.
   Lima, 29 de agosto de 2000    

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