lunes, 16 de mayo de 2011

JUSTICIA IMPERCEPTIBLE por Alonso Núñez del Prado S.

“...tantas verdades que no se pueden probar... y errores... Quizá un día...”

En esencia, en la vida, hay justicia
“Quien recibe mucho, ha de pagarlo.”
No pretendáis, sin embargo, encontrar
ésta a vuestros propios ojos.
El gozo y el sufrimiento sólo
tienen medida en la propia persona.
Así, los juicios de comparación,
carecen de conocimiento profundo e imparcialidad.
“Nadie sabe lo de nadie”, reza una verdad.
Dicen que son desgraciados, porque
no conocen el sufrimiento de los otros;
que son más felices, porque no saben
lo que hace felices a los demás.
La evaluación de gozo y sufrimiento
siempre esta impregnada de subjetividad,
de “lo que para mí sería”.
Lo que no significa nada para algunos
es la felicidad o el dolor de otros.
Aún si se pudiera hacer la evaluación de seres vivos,
erraría en no estar completa en el tiempo;
pero si estuvierais o estuviera yo en capacidad
de conocer completamente las vidas
que ya pasaron, encontraríamos un equilibrio
casi matemático, porque en la vida hay períodos
de alegría y dolor siempre bien contrapesados
y a juventudes muy felices siguen vejeces de sufrimiento
y las dosis de ambas están bien equilibradas.
Nuestra incapacidad para probar sin margen a dudas lo afirmado,
aún cuando podamos presentir verdad en ello (como hago yo ahora)
nos recuerda, de la manera metafórica con que siempre nos habla la vida,
que no hay excusa a nuestra conducta en las compensaciones,
ni es válido hacer o dejar de hacer, esperando premios post-terrenos,
que es nuestro deber buscar justicia a nuestros propios ojos.
Al fin y al cabo, no hay mejor ni más terrible juez para sus actos que uno mismo.

Publicado en el Boletín # de Siempre en de de

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